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EL ZAPATO DE VIRACOSIDA
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EL COSIDO DE LA VIRALos zapateros afirman que es necesario aplicar puntos pequeños para que el calzado presente una mayor solidez y resistencia, aunque para que su trabajo sea eficiente y rentable deben trabajar con gran rapidez, es decir, deben dar grandes puntadas. En realidad, en el caso de los zapatos de vira cosida, los puntos suelen tener una longitud de 6 mm. Si se trata de zapatos de cosido doble, los puntos pueden llegar a alcanzar los 10 mm, aunque gracias a las tres costuras en lugar de la costura doble, el zapato consigue la misma estabilidad. El zapatero sitúa la vira sobre la piel de la pala y la palmilla, a lo largo del hendido. A continuación la cose empezando a la altura del tacón y en dirección a la puntera. Perfora la palmilla, la vira y la pala con la lezna de forma que el agujero termine en el hendido. Al coser, el zapatero dirige el cabo con una aguja de abajo arriba y, por el mismo agujero y con otra aguja, de arriba abajo. Después de cada punto que realiza, tira del cabo para que los puntos queden tensos y fijos en la piel. Mientras cose, se protege los dedos de posibles heridas con un aro elaborado con piel. Para poder ejercer incluso todavía más fuerza, enrolla el cabo en la lezna y a continuación tira de él. Cada vez que hace uno o dos puntos, retira el clavo que sujetaba la piel, puesto que los puntos asumen la sujeción. Al finalizar la costura, no queda ningún clavo. Una vez aplicado el último punto, los dos cabos se atan bien y se cortan ambos extremos. La pala sigue siendo más grande y la vira más ancha de lo necesario ya que de este modo la tarea resulta más fácil. Una vez terminada la costura, el zapatero corta la piel sobrante. A continuación, comprime el material con algunos martillazos leves y orienta la vira con las tenazas. El zapatero elimina el rastro que dejan las tenazas con una bisagra de asentar de hueso.
Con una bisagra de asentar de hueso alisa la superficie de la vira. |
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