EL DOBLE FAZ DE AYER A HOY
Andrés Grünfeld
Las pieles son seguramente el material más antiguo utilizado por el hombre para vestirse, pues antes de que surgieran la seda y el lino en el año 4000 A.C., en China, se protegía contra las inclemencias del tiempo con las pieles de los animales que cazaban.
Aunque empleaban medios bastante primitivos (grasa, sebos, ceniza, etc.) conseguían sin embargo interrumpir el proceso natural de la putrefacción y las pieles se hacían resistentes.
Las pieles no sólo se elaboraban para vestirse sino también se utilizaban como adorno: sobre todo los guerreros se adornaban con estas pieles.
En el siglo XIII se desarrolló en gran manera el comercio de las pieles y por este tiempo ya se conocía también el efecto del alumbre. Ovejas, corderos, cabras, perros, etc. se empleaban todavía para ropa especialmente por la población campesina, mientras la marta, el castor, el zorro la marta cebellina, el turón, etc. se utilizaban para aplicaciones. Entonces se desarrolló el gremio de los peleteros que mediante procedimientos propios de trabajo (por ejemplo frotar los pelos pegados con arena o con aserrín para eliminar los restos de grasa) consiguieron una mejora de la capa del pelo. Estos peleteros se dieron cuenta también de que tratando el pelo con polvos de color se aumentaba el valor de las pieles. Sin embargo encontraron gran oposición por parte de los curtidores pues consideraban que estas prácticas eran perjudiciales para su honor profesional y las rechazaban. El consejo Municipal de Leipzig prohibió incluso en 1594 toda coloración y acabado bajo la amenaza de duras penas.
En 1713 se autorizó en Leipzig la primera tintorería. Se empleaba cal para la degradación de la piel y se trataban las pieles a continuación en soluciones de curtientes y colorantes vegetales. Ya se sabía también que determinadas sales metálicas (hierro y cobre) cambiaban el color de la lana. También se frotaba ya el lado cuero con productos minerales y vegetales obteniéndose un hermoso afelpado con lana.
En los siglos XVII y XVIII junto con el bienestar, aumentó el consumo de pieles de peletería y se desarrolló en Europa un considerable número de fábricas de preparación y acabado. A mediados del siglo XIX se desarrolló la tintura con extracto de palo de campeche y sales metálicas, dando lacas colorantes. Este procedimiento se emplea todavía actualmente sobre todo para la tintura de corderos de astracán.
En 1888 Erdman descubrió el primer colorante de oxidación, la parafenilendiamina y con otros colorantes de oxidación, se podían obtener diversos tonos por el procedimiento de inmersión a bajas temperaturas.
El "acabado de Leipzig" se hizo famoso a principios del siglo XIX y veinte años más tarde, con la introducción de la curtición al cromo, se obtuvo una curtición sólida y se pudieron emplear también colorantes textiles, los cuales en muchos sectores empezaron a sustituir a los colorantes de oxidación menos sólidos. Al mismo tiempo se consiguió por medio del blanqueo la fabricación de pieles en los colores de moda deseados y que principalmente se empleaban para aplicaciones.
En 1936 se desarrolló en Hungría un artículo que se hizo famoso bajo el nombre de “Pannofix” y que se obtenía estirando las pieles de oveja de lana fina y rizada bajo la acción de temperatura y presión y fijación simultánea.
Con el desarrollo de la confección industrial de las pieles y desde que el abrigo de piel no es ningún artículo de lujo, las fábricas tuvieron también que adaptarse a una producción cada vez más racional.
Llegamos aquí al desarrollo de la fabricación de Antelana (Gamulán, Doblefaz, etc.), un proceso que no podríamos englobar dentro de la peletería, ya que como el nombre lo dice, ésta se encarga de la curtición de pieles pero únicamente mirando por el cuidado y embellecimiento del pelo.
Tampoco podríamos englobarlo en el ramo de Curtidos ya que este se dedica al procesamiento de pieles prescindiendo del pelo.
Podríamos considerarlo como el proceso que integra éstas dos ramas tan distintas de la curtiduría.
Por un lado, y con respecto a la rama de Curtidos, de ésta tendremos que lograr la llenura, suavidad, resistencia al desgarre, felpa fina, etc. y lograr un ante similar al convencional.
Con respecto a la rama de Peletería, pretenderemos evitar toda caída de lana, teñido uniforme de la lana, brillo, suavidad, etc.
Constantemente se viene hablando del incremento en la fabricación de pieles de cordero destinadas a la industria de la Peletería.
En la actualidad se puede afirmar sin lugar a dudas, que estas pieles han conquistado una firme posición en el mercado, lo mismo como complementos en el sector de la moda, que en las aplicaciones prácticas.
Sin lugar a dudas, el Antelana ya es un artículo clásico y podríamos decir que es el artículo que llevó a la Peletería al consumo masivo y que dejó de ser ese artículo consumido únicamente por las clases adineradas.
Por último, debemos resaltar que la aplicación sobre el ante, de capas de acabado, para que el artículo (Napalán) sea más resistente al agua y al manchado, ha dado el espaldarazo final a ésta masificación en el consumo de pieles lanares.
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