|
EL PIE: HUELLA Y PERSPECTIVA |
||||||||||||||
LA HUELLA Tras realizar el dibujo del contorno, se toma la huella del pie con el pedígrafo, que transmite una imagen precisa del puente y refleja los puntos de cruce de los arcos y la situación de los dedos. Se pinta con tinta uno de los lados de una esterilla de goma de textura muy apretada. A continuación se coloca un papel sobre la superficie pintada. La toma de la huella se realiza en posición sentada, aunque se presiona ligeramente cada pie sobre el aparato. Cuando el peso del cuerpo se sitúa sobre la planta del pie, el color de la estera se transmite al papel; en los puntos donde se soporta más peso, el color se oscurece. Al confeccionar la horma, el hormero reproduce las manchas como ligeros abultamientos en la suela. Los arcos longitudinales y latitudinales perfectos apenas dejan huellas, pero si toda superficie de la suela está cubierta de color, ello indica una de las deformaciones más corrientes: el hundimiento del puente. Este tipo de hundimiento puede ser contrarrestado con el uso temprano de plantillas correctoras y con zapatos cómodos de buena confección. Por este motivo, para el zapatero es muy importante formarse una imagen precisa del estado del puente.
PERSPECTIVAS
Una vez determinado el contorno y la huella del pie, sus distintos aspectos y puntos críticos, el zapatero marca los puntos en que el pie del cliente se diferencia de la media sobre la horma provisional, que servirá para confeccionar la horma a medida.
|
<<<Regresar al Menú>>>